El Príncipe Felipe
realizó ayer en Aragón un llamamiento a la concordia entre todos los españoles,
aprovechando la conmemoración de unos acontecimientos históricos que, a
principios del siglo XV, permitieron a aragoneses, catalanes, valencianos y
castellanos vivir juntos en paz y armonía.
El acto tuvo lugar en
Teruel, la provincia en la que en febrero de 1412 se firmó la Concordia de
Alcañiz, que fue el inicio del fin de una grave crisis sucesoria en la Corona
de Aragón y que sirvió a Don Felipe para apelar, en estos momentos de tensiones
territoriales, al «diálogo» y el «consenso» que hace 600 años permitieron
mantener una Corona de Aragón «fuerte y unida».
En la Concordia de
Alcañiz y el posterior Compromiso de Caspe, los territorios de Aragón, Cataluña
y Valencia, que componían el reino, acordaron elegir como rey a Fernando de
Antequera, poniendo fin a una crisis sucesoria que se había iniciado en 1410
tras morir sin descendencia Martín I.
El acuerdo que
alcanzaron los compromisarios aragoneses, catalanes y valencianos no sólo evitó
una confrontación violenta, sino que permitió la entronización en Aragón de una
dinastía castellana, la Trastámara. Y lo hizo además en la persona de Fernando
de Antequera, que por entonces era la figura más destacada del reino de
Castilla, del que era regente.
«Historia política»
Tras escuchar una
conferencia sobre estos acontecimientos, el Príncipe señaló que se trata de
«uno de los hechos más extraordinarios de la historia política e institucional
de España durante la Edad Media», que nos infunden «un especial respeto» y nos
producen «una emoción muy particular».
«Las enseñanzas de
Alcañiz y Caspe son lecciones de amplitud de miras y de generosidad que los
españoles de hoy debemos aprovechar», dijo Don Felipe.
Al fin y al cabo, lo
que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el nacionalismo catalán están
proponiendo desde hace un mes y medio es la ruptura de los lazos históricos
entre los diferentes territorios de España, trazados en acontecimientos centenarios
como la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe.
Estos eventos fueron,
de hecho, el preludio de la unificación de las dos ramas de la dinastía
Trastámara, materializada por los Reyes Católicos en 1479 con la unión de
Castilla y Aragón y la formación del moderno reino de España.
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