martes, 9 de octubre de 2012

Las obras faraónicas que hundieron España: el reportaje de la vergüenza.



España tiene estos días dos formas de ser noticia. En la web del diario británico The Guardian, las posibilidades de “La Roja” de ganar su segunda Eurocopa seguida se colaban entre las cinco noticias más leídas. En la BBC, nuestro país encabezaba esta lista con una propuesta mucho peor: los proyectos faraónicos que arruinaron España.
10 Junio 12 - Madrid - E.V.
http://www.time.com/time/photogallery/0,29307,2114886_2347202,00.html

Los grandes fracasos inmobiliarios de España son ya un secreto a voces. La crisis económica, el agujero de Bankia y la prima de riesgo mantienen a nuestro país en tribuna preferente en todos los medios de comunicación, y por supuesto nunca para bien. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? ¿Dónde están las causas del pinchazo español?

Lo peor no es hacerse la pregunta, sino encontrar la respuesta. Y si incomprensible es para los que viven en España, es fácil de suponer la sorpresa que causará fuera de nuestras fronteras. Para hurgar en la herida, dos medios internacionales han publicado sendos reportajes que son el mejor resumen de cómo nos ven fuera. Y sin necesidad de cargar las tintas.

“Los proyectos faraónicos que endeudaron España” es el reportaje que ha publicado la BBC tanto en su edición inglesa como en castellano, en este último caso la noticia más vista de la web. En él se repasan los principales ridículos urbanísticos de nuestro país. Muy similar es la crónica de la revista Time “el desfile de los elefantes blancos”, que comparte muchos de los proyectos “faraónicos” que han quedado en nada.

España ha malgastado el dinero
La conclusión de ambos articulistas es la misma: España ha vivido por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo, los políticos han malgastado el dinero de forma irresponsable y las distintas regiones (sus gobernantes) se han embarcado en una suicida carrera por ver quién tenía la infraestructura más cara y moderna, sin preocuparse por si era útil, tenía demanda y, sobre todo, si se podía pagar.

Esta tan perjudicial imagen exterior de España, especialmente delicada en un momento en el que nuestro país necesita dar la imagen de solvencia en Europa y en el resto del mundo, tiene un punto de partida común, el libro de Llàtzer Moix "Arquitectura Milagrosa", que repasa la loca carrera urbanística española de la última década.

Moix, a quien citan los dos medios de comunicación, sitúa el inicio del desenfreno en la exitosa construcción del Museo Guggenheim de Bilbao, que se ha convertido, dice, en la “envidia” del resto del país y el espejo en el que mirarse para construir un milagro semejante. Nunca más se consiguió.

Si lo tiene el vecino, yo también
A partir de ahí, afirman los corresponsales extranjeros, los gobiernos locales y autonómicos se apuntaron una carrera por tener más, mejor y más caro que el vecino, sin pensar en que la mayoría de estas infraestructuras, ya fueran de ocio o de transportes, no siempre tenían la demanda esperada.

La “ciudad del circo” de Alcorcón
Como símbolo de esta política derrochadora, la BBC arranca su crónica con el ejemplo del Ayuntamiento de Alcorcón, que se embarcó hace tres años en una “ciudad del circo” que incluiría, además, nueve edificios y un complejo de ocio único en el mundo.

“El área donde se desarrollaba el proyecto muestra ahora un espectáculo lamentable. Edificios futuristas a medio terminar están cubiertos de graffiti tras una valla de hierro. Un proyecto que estaba destinado a poner la zona en el mapa, por razones loables, terminó convirtiéndola en un símbolo del gasto regional excesivo en España”, escribe el corresponsal de la BBC.


A partir de ahí, la cadena británica, al igual que hace la revista Time, enumera todas las obras faraónicas que han ido jalonando de agujeros la geografía nacional y que, como rescatan los reporteros, han causado unas deudas en los presupuestos que ahora no se sabe cómo eliminar. El resto de la historia ya es conocida.


Aeropuertos, tranvías y teatros
Entre estos proyectos suntuosos se cita la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, la Ciudad de la Cultura de Galicia y, por supuesto, un puñado de obras de infraestructuras ruinosas, como el aeropuerto de Castellón o el de Ciudad Real. "Un aeropuerto en Ciudad Real, ¿para qué?", se pregunta Celestino Suero, consejero delegado de C.E. Consulting, una empresa de asesoramiento integral a empresas y profesionales en España.

Con todo, la lista de edificios polémicos podría haber sido aún mucho mayor, ya que basta con echar un vistazo a todas aquellas obras de dudosa rentabilidad para que la relación sea eterna, desde el aeropuerto de Lérida hasta las populares “setas” de Sevilla, pasando por los tranvías de Parla (Madrid), Jaén o Zaragoza o la Torre del Agua de la capital maña.

A falta de soluciones, quizás el único consuelo será hablar –seguir hablando- de fútbol. Como terminaba el análisis de The Guardian sobre las posibilidades de la selección en el Eurocopa de Polonia y Ucrania, en las botas de Iniesta está el decidir si la cosa terminará en “siesta” o en “fiesta”. En la economía, qué se le va a hacer, ni siquiera queda esa posibilidad. Ni queda tiempo ya para las rimas fáciles.

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